Bricolaje
Como organizar un vivero
Para que los jóvenes vegetales se desarrollen satisfactoriamente se cultivan en un vivero, en superficies restringidas. Así es fácil cuidarlos y vigilar su crecimiento. Después son trasladados a su emplazamiento definitivo, en un campo, un bosque o un jardín. Este procedimiento se emplea para los árboles y para muchos otros vegetales. Los viveros están emplazados al aire libre, para los árboles, o en invernaderos si se desea que las plantas dispongan de una atmósfera más cálida y así apresuren su crecimiento. Se ha de elegir, en una región de clima templado, una tierra vegetal y profunda, de subsuelo permeable, bien expuesta al sur, abrigada del viento y de los grandes fríos y con abundantes reservas de agua. En un primer momento, las plantas se siembran muy cerca las unas de las otras en una superficie pequeña; después son trasplantadas por primera vez al vivero, cuando han echado suficientes raíces.
En el caso de los árboles, los arbustos o los rosales, se plantan primeramente las estacas o esquejes, que pueden servir de patrón de injerto o incluso de injerto para una segunda operación. Éste es el método que se utiliza para las vides. El vivero ha de organizarse de forma rigurosa. Se ha de dividir el terreno en pequeñas parcelas para poder cuidar las plantas con comodidad. Es indispensable también efectuar una labor de etiquetaje precisa y duradera. Cuando las plantas han adquirido suficiente vigor, se las trasplanta. Para ello, se abre un profundo surco a lo largo de sus pies y se las acuesta en la zanja, lo cual permite desprenderlas sin estropear sus raíces. Cada planta, bien protegida con paja y musgo, es colocada en una caja provista de «ventanas» para ser transportada a su emplazamiento definitivo.