Fabricar un acordeón

No existe un acordeón, sino acordeones. Algunos son instrumentos concebidos para interpretar música popular; otros son instrumentos de concierto. Todos utilizan la lengüeta libre: una lámina de metal que vibra en una ventana abierta en la pared de un tubo recorrido por una corriente de aire, que genera un fuelle manual. El acordeón ha sido llamado a menudo el «piano del pobre». En realidad, los dos instrumentos se parecen en tanto que quien los utiliza obtiene, al pulsar una determinada tecla, un sonido anticipadamente fijado por el constructor. Las teclas del acordeón están repartidas en dos teclados, uno para la mano derecha y el otro para la izquierda, y dispuestas en dos o tres filas. El número de «bajos» de la mano izquierda varía entre 80 y 120. El de «botones» de la mano derecha, entre 46 y 70. Si los sonidos producidos están escalonados por semitonos, se dice que el acordeón es cromático. 

En este caso permite interpretar todo tipo de melodías en colaboración con otros instrumentos como el piano o el violín. Los «bajos» de la mano izquierda son «compuestos» en los instrumentos popular es una tecla emite varios sonidos, mientras que son simples y cromáticos en los instrumentos de concierto. El fuelle manual, accionado por el intérprete, permite que éste varíe la presión del aire, con lo que el sonido sigue siendo el mismo, pero cambia su intensidad sonora. Así, se pueden obtener los más finos matices, se puede pasar repentinamente del tono más fuerte al tono más suave y se pueden imitar las inflexiones de la voz humana. Éstas son algunas de las razones que explican el éxito popular del acordeón. Se logró un progreso enorme cuando se pudo conseguir que la nota emitida al pulsar una tecla fuera la misma independientemente de los movimientos alternativos del fuelle.